Ella fue más que una musa: fue un símbolo de libertad.
En una época en la que la sexualidad femenina apenas se susurraba, Bettie Page alzó la voz sin decir una palabra. Con una sonrisa traviesa, su melena oscura y poses que mezclaban dulzura con una poderosa carga erótica, rompió tabúes y abrió camino a una nueva forma de expresión femenina.
Décadas después, Bracli también desafió las normas: llevó la sutileza erótica a las boutiques de lencería más clásicas, demostrando que el placer y la elegancia pueden ir de la mano.
Hoy, Bettie y Bracli se encuentran en una misma filosofía: reivindicar el poder de la sensualidad femenina desde lo sutil, lo elegante y lo libre.
Esta colección es un homenaje a su espíritu atrevido y refinado.
Y estamos seguros de que Bettie habría posado con estas piezas como solo ella sabía hacerlo: con gracia, descaro y magnetismo eterno.
Porque hay imágenes que no se olvidan. Y mujeres que lo cambian todo.
